Opinió: “El fin no justifica los medios” per Xavi Demelo

Qué duda cabe que nuestro inconsciente colectivo está muy influenciado por la literatura y el cine, y sobre todo por este último, ya que la lectura no es, por desgracia, nuestro punto más fuerte. Dentro del séptimo arte existe un género que hace las delicias de muchos de sus espectadores, es un género donde podríamos decir que “el fin justifica los medios”. Y me estoy refiriendo a las películas de espías. Yo soy fan, lo reconozco. En este tipo de relatos, el espía protagonista (y sus aliados y contrarios también) recurre a toda serie de trucos y añagazas que bordean o a menudo traspasan todos los límites legales y éticos que los espectadores de a pie acostumbramos a respetar en nuestra anodina vida diaria. Anodina en comparación a la de los espías, claro está.

Y uno de esos límites es el amoroso-sexual. En ese tipo de filmes, los espías de uno y otro bando se acuestan alegremente unos con otros, incluso fingen estar enamorados si es preciso, en pos de conseguir sus fines ocultos. Y la inmensa mayoría del público lo consideramos normal y hasta cierto punto lógico, dentro de la lógica impuesta por la tradición del propio género de espionaje.

Pero cuando esto ocurre en la vida real, como en el caso que han publicado los medios de comunicación en el que una mujer policía se infiltró en un grupo de activistas, manteniendo una relación amorosa con uno de ellos durante dos años, no puedo por menos que tener ciertos reparos, porque esto, señores míos, es la vida real. 

Y en esta vida real me gustaría que los cuerpos de seguridad de nuestro estado, que en teoría tienen que velar por nosotros, tuvieran un comportamiento ético y dieran ejemplo de integridad tanto moral como profesional. Y esta noticia, presumiblemente cierta, dice muy poco de esa integridad y mucho de una total falta de escrúpulos. Por no hablar, porque no conozco los detalles de la posible no aquiescencia de la mujer en cuestión, en cuyo caso la falta rozaría el proxenetismo. Proxenetismo a cambio de información, no de dinero. La información es poder y, por lo visto, no hay límites a la hora de conseguir y ejercer ese poder. 

Señores policías metidos a espías: El fin no justifica los medios. Y no debería haber diferentes varas de medir. Por lo menos, no en este artículo.

Xavi Demelo

Humorista terapèutic

info@xavidemelo.com